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El gas, futuro alentador para Senegal y Mauritania

By 11 marzo, 2020 No Comments

En el subsuelo profundo de la plataforma continental africana, a unos 125 kilómetros de las costas de Senegal y Mauritania, se esconde un preciado tesoro que, antes incluso de ver la luz, ya despierta pasiones encontradas. Una enorme bolsa de gas de 15 trillones de pies cúbicos, suficientes para 30 años de producción, comenzará a ser explotada en 2022. Este descubrimiento ha generado unas enormes expectativas de desarrollo en ambos países. En Saint Louis, la ciudad más cercana, esta ilusión viene mezclada con una gran inquietud sobre el impacto medioambiental que la extracción del gas puede tener en su principal actividad económica, la pesca. El futuro no está escrito, pero riesgos y oportunidades viajan cogidos de la mano.

El yacimiento se llama Gran Tortuga y se encuentra repartido entre dos bloques que en la actualidad detentan tres empresas, British Petroleum (BP) a un 60%, la estadounidense Kosmos Energy (30%) y la compañía nacional senegalesa Petrosen (10%). Será BP quien asuma el grueso de la explotación del gas, que tendrá dos destinos principales: la mayor parte se va a licuar sobre el terreno y será transportado a los países compradores por barcos especializados, lo que permite llegar a mercados lejanos, y otra parte será transportada a tierra por gaseoductos y se usará para producir electricidad en Senegal y Mauritania.

Los cálculos actuales apuntan a que este gas permitirá a Senegal generar 250 megawatios, es decir, un cuarto de su producción energética actual procederá del gas, menos contaminante y más barato que el gasoil, el combustible usado mayoritariamente hoy en día. Para ello tendrá que reconvertir sus centrales o construir nuevas plantas eléctricas de gas, lo cual ya está en los planes del Gobierno. La primera fase de extracción, de unos dos o tres años, permitirá generar 2,5 millones de toneladas al año, que pasarán a 12,5 millones en las dos siguientes fases.

El gas licuado tampoco pasará por la ciudad de Saint Louis. Los ocho pozos previstos (los más profundos de África pues la bolsa se encuentra a unos 2.000 metros de profundidad a partir del fondo marino) se encuentran a 125 kilómetros de la costa. De allí el gas viajará en unas tuberías hacia la Unidad Flotante de Producción, Almacenamiento y Descarga (FPSO), un barco-plataforma que se está construyendo en China y que estará situado a unos 40 kilómetros de la costa. Allí se eliminan las impurezas del gas. Este navío tiene capacidad de procesar unos 500 millones de pies cúbicos al día.

“Falta mucha información”, asegura Babacar Diop, sociólogo, vecino de Saint Louis y miembro de la plataforma Aar Linu Bokk (Proteger nuestros recursos, en wolof, la lengua nacional), “la mayoría de la gente no es consciente de la importancia de este descubrimiento y de lo que puede suponer para sus vidas. Si las instalaciones van a estar en el mar, ¿qué impacto va a tener sobre la pesca?”, se pregunta Diop. El estudio de impacto ambiental encargado por BP asegura que ninguno, salvo el hecho de que estará prohibido acercarse a 500 metros de las instalaciones. Pero Aar Linu Bokk no se fía de este informe. “¿Qué pasa con la reproducción del pescado? Si esta actividad se ve afectada, mucha gente va a sufrir”, añade.

Para generar una opinión favorable y que su presencia tenga un impacto positivo en la comunidad local, la empresa británica ha puesto en marcha un programa de inversión social en áreas como la Salud, la Educación, el Desarrollo Económico y el Medio Ambiente que afectará a todas las poblaciones de la Lengua de Berbería. “Mejoraremos el hospital de Saint Louis, los centros de salud, las escuelas. Estamos elaborando un estudio de gestión de basuras. Ya está en marcha, pero hay que tener en cuenta que vamos a estar 30 años allí, iremos por etapas. Hay gente que tiene mucha prisa”, aseguran desde BP.

Fuente: https://elpais.com/