La baja tributación del Archipiélago está haciendo que la industria ‘gamer’ abra nuevas líneas de negocio en las Islas.
El sector de los videojuegos vive un crecimiento exponencial en todo el mundo y este año podría alcanzar un nuevo récord de facturación superando los 203.000 millones de dólares (unos 193.000 millones de euros) un 5,4% más que el año pasado. Según el informe del mercado de los videojuegos elaborado por la consultora estadounidense Newzoo, el público gamer creció significativamente desde la primera ola de la pandemia, en 2020, y se calcula ya en más de 3.000 millones de jugadores; para que se hagan una idea: el 40% de la población del planeta.
Europa no va desencaminada en esta industria. Si se cumplen las previsiones, las ventas en la UE podrían superar los 36.000 millones de dólares (34.000 millones de euros), más del 6% con respecto a 2021. Esta claro que es un negocio que desde hace tiempo dejó de ser solo cosa de niños. El gasto en videojuegos a través del móvil ha impuesto, además, su hegemonía: 91.400 millones de dólares (86.000 millones de euros), muy por delante de las consolas y de los ordenadores.
La industria española de los videojuegos tampoco es ajena a este boom. Nuestro país es un referente mundial del sector. España es el quinto mercado europeo y el décimo mundial. En 2020 generó ingresos por 1.100 millones de euros y se espera que para 2024 esa cifra de negocio se duplique, según los datos de la Asociación española de empresas productoras y desarrolladoras de videojuegos y software de entretenimiento (DEV).