España lo tiene todo para ser referente en marina eólica flotante y Canarias puede ser el puente para llevar esa tecnología a África Occidental.
Hace algo más de dos décadas la eólica marina empezó a desarrollarse en el mar del Norte con aerogeneradores cimentados en la plataforma continental de su costa a menos de 50 metros de profundidad. Pero, ¿cómo explotar esta energía renovable en aquellas zonas sin esta plataforma continental? La respuesta no es sencilla y, de hecho, llevan años investigando cómo ‘fijar’ las turbinas en áreas de gran profundidad.
Es la carrera por explotar la energía eólica marina flotante, es decir, la que no estará fijada en el fondo marino. En la actualidad hay 27 de modelos patentados en todo el mundo a la espera de una validación con prototipos a escala y de estos, siete son españoles (el 26% del total): Iberdrola-TLPWind; Saitec; Nautilus; Cobra; Enerocean y W2Power; Esteyco; X1Wind. Y a esto hay que añadir un tejido industrial que ya ha trabajado con turbinas eólicas y unas muy buenas condiciones climática de nuestro litoral, sobre todo, en las costas de Canarias, el Estrecho de Gibraltar, Galicia, zonas del Cantábrico y norte de Cataluña.
En Canarias desde septiembre cuenta con el único aerogenerador marino de España: se trata de una máquina de 5 MW de potencia operativa desde abril de 2019 e instalada en la Plataforma Oceánica de Canarias -Plocan-, situada frente a las costas de Jinámar (Gran Canaria). El aerogenerador ha sido promovido por un consorcio constituido por Esteyco, Siemens Gamesa, ALe Heavylift, Dewi y la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan).
De acuerdo con la ULPGC, Canarias es una tierra en cuya mezcla energética tienen cada vez más peso las energías renovables, hasta el punto de que, según los megavatios adjudicados, en el año 2022 tendrá cuatro veces más potencia eólica que la que tenía en 2017.
La previsión de la Unión Europea es que en 2050 existan 450 GW instalados de eólica marina, de los que 13 corresponderían a España. Por ello, Tomás Romagosa, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica, subraya que es clave “impulsar el desarrollo de los 3 GW a 2030 en España, como hito intermedio para lograr los objetivos europeos a 2050”. Si se cumple esta fase intermedia en 2030 se generarían 12,3 teravatios hora de energía para contar con una cobertura de demanda equivalente a la electricidad consumida por 3,5 millones de hogares. Así, se evitarían 4,5 millones de toneladas de emisiones de CO2.
El mercado global aún se encuentra en fase “precomercial”, es todo “muy incipiente”, pero hay un “apetito tremendo de grandes inversores”, nos cuenta David Carrascosa, Chief Technology Officer de Saitec, una de las españolas que cuenta con una patente. De hecho, solo hay tres instalaciones en el mundo: un parque eólico marino flotante en Escocia con cinco unidades (de la noruega Equinor), otro frente a Portugal con tres unidades (Principle Power, participada por Repsol, entre otras) y un tercero en Francia (Ideol).
Aunque en España no pueda implementarse la eólica marina fija, “hay muchas empresas españolas que están compitiendo muy bien en su desarrollo en el extranjero, como Iberdrola, Siemens-Gamesa…” y sobre todo una gran parte de la cadena de valor asociada a la subestructura de apoyo a estos parques marinos, como Navantia, por ejemplo, destaca Jesús Busturia, director general de Nautilus. “España puede convertirse en un país exportador, como ya lo es en la eólica marina de cimentación fija” con numerosas empresas que participan en el mercado europeo, subraya David Carrascosa.
Fuente: https://innovadores.inndux.com/