El pasado 26 de agosto comenzó la 55 edición anual del Banco Africano de Desarrollo (BAfD). Esta reunión en la que participan 54 países y 27 miembros no regionales, precedido de intervenciones del presidente Alassane Ouattara de Costa de Marfil, de la ministra de Kaba Nialé, Ministra de Planificación y presidenta del Consejo de Gobierno del BAfD, y por último, el presidente Akinwumi Adesina, único candidato a su propia reelección (uno de los asuntos principales a tratar durante la asamblea) y muy esperado por los Estados y socios del Banco de desarrollo.
El tema central de la sesión de gobierno se centra en la gestión de la pandemia «Reconstruir África tras la pandemia de COVID-19«. Los gobernadores del BAfD, los ministros de Finanzas y Economía de los países miembros revisarán la situación global del banco y dar luz verde (salvo algún inconveniente) a las elecciones virtuales previstas para el 27 de agosto.
Además, hace falta efectivo para disminuir algunas ratios e indicadores de liquidez (actualmente a más del 100%), consolidar la confianza en el mercado financiero y conservar el poder de desembolso del Banco.También se requiere capital para afrontar la degradación de la nota de 9 países miembros frente al Covid-19 y dar una respuesta contundente tras una subscripción récord en la Bolsa de Londres.
Por otro lado, en diciembre de 2019, los donantes del Fondo Africano de Desarrollo se han comprometido a suministrar 7,6 millones de dólares en el marco de la decimoquinta reconstitución de capital del Banco, con el fin de ayudar a los países más pobres de África. Este fondo que se nutre principalmente de países no africanos es ventanilla de acceso para alrededor de cuarenta países africanos (con bajos ingresos) dependientes de recursos concesionarios. Salvo cambios de última hora, la asamblea culminará el 27 de agosto 2020 con la reelección (según los pronósticos) del octavo presidente del Banco, que necesitará la mayoría de los votos de los Estados miembros y de la mayoría simple de los Estados africanos.
El reencuentro de alto nivel tiene lugar en un contexto trastocado por el Covid-19, que ha frenado el crecimiento de África. De acuerdo con el anexo de la revisión de las perspectivas económicas del continente, el crecimiento no ha sido inclusivo «a pesar de los excelentes resultados de crecimiento en África, solamente un tercio de los países han crecido de forma inclusiva, reduciendo a la vez la pobreza y las desigualdades.»